Cuando fue la última vez que te sentaste a pensar en tu futuro financiero. ¿Te has preguntado: “¿Tendré dinero para cuando me jubile?” o “¿Cómo pagaré la educación de mis hijos?” O tal vez, “¿Y si me pongo enfermo y no puedo trabajar, de dónde vendrán mis ingresos en los próximos 10, 20 o 30 años?”.
Considera lo siguiente: la persona media pasa un tercio de su vida en el trabajo. Así que no es de extrañar que mucha gente esté descontenta con este. Según una encuesta, el 88% de las personas no les gusta su trabajo y el 99% cree que debería ganar más dinero. La duración media de un trabajo es de 4 años y medio, por lo que la mayoría de las personas tendrán varios trabajos a lo largo de su vida. Por si fuera poco, en los últimos años ha habido una tendencia hacia la automatización de los puestos de trabajo. Esto significa que las empresas necesitan cada vez menos personas para hacer la misma cantidad de trabajo.
Los Retos del Trabajo Actual
Un título universitario solía ser suficiente para asegurarse un buen trabajo en muchos campos. Sin embargo, ahora los empleadores buscan candidatos con experiencia y conocimientos especializados. Lo mismo se aplica a aquellos que ya están empleados; para mantenerse a la vanguardia y conservar sus puestos de trabajo, deben aprender y ampliar constantemente sus conocimientos.
Hace no mucho tiempo, podía parecer atractivo renunciar a tus sueños en favor de un trabajo bien remunerado. Pero los tiempos han cambiado y los empleos también. Muchos trabajos que antes estaban bien pagados ya no lo están, gracias a los avances tecnológicos y otros cambios en la economía. Incluso si encuentras un trabajo bien pagado, no hay garantía de que dure. Con la constante reducción de tamaño de las empresas, ningún trabajo es realmente seguro.
La Necesidad de Educación Financiera
En la actualidad, los días en los que se trabajaba de 9 a 5 durante 40 años y se jubilaba con una pensión están desapareciendo. No estamos diciendo que debas dejar tu trabajo o dejar de estudiar, pero es importante, hoy más que nunca, que empieces a tomarte en serio tus finanzas. No puedes seguir viviendo de cheque en cheque y esperar que las cosas mejoren mágicamente. Si quieres salir adelante financieramente, tienes que responsabilizarte de tu dinero y empezar a tomar decisiones inteligentes con él.
Aunque puede que pienses que las finanzas no son lo tuyo, es vital recordar que la educación financiera no es solo para unos pocos. Cualquiera puede aprenderla. Al igual que aprender a leer o escribir, la educación financiera es una habilidad que puede aprender cualquiera. Cuanto más la practiques, mejor te volverás en ella. Y si no, siempre puedes aprender sobre la asesoría online vs tradicional para elegir la que más te interesa.
¿Qué es la Educación Financiera?
Cuando hablamos de educación financiera, muchos piensan inmediatamente en el dinero. Y aunque no están del todo lejos, es algo más que eso. Los conocimientos financieros son la capacidad de comprender y gestionar el dinero de forma efectiva. Las personas con un alto nivel de conocimientos financieros saben cómo manejar su dinero para poder cumplir sus objetivos a corto y largo plazo. También entienden cosas como la gestión del riesgo, las inversiones, los impuestos y otros factores que afectan a su bienestar financiero.
Ya sea que estés empezando a trabajar por tu cuenta o quieras prepararte para un futuro más seguro, mejorar tus conocimientos financieros es una gran idea. Los conocimientos financieros no se limitan solo a los números; también tienen que ver con el desarrollo de hábitos monetarios positivos que te servirán para el resto de tu vida.
Consejos para Mejorar tus Conocimientos Financieros
A continuación, te presentamos algunos consejos sobre cómo mejorar tus conocimientos financieros para que puedas alcanzar tus objetivos personales más pronto que tarde.
1. Conoce Tu Patrimonio Neto
El primer paso para mejorar tus conocimientos financieros es calcular tu patrimonio neto, que se determina por el total de tus activos menos el total de tus pasivos. Los activos son cosas como tu cuenta de ahorros, acciones y otras inversiones, mientras que el pasivo es lo que debes, como los préstamos estudiantiles o las deudas de tarjetas de crédito.
Conocer tu patrimonio neto te ayudará a:
- Determinar cuánto dinero necesitarás ahorrar para alcanzar tus objetivos financieros a mayor escala.
- Evaluar tu salud financiera.
- Identificar áreas donde puedes mejorar.
Acciones prácticas:
- Haz una lista de todos tus activos y pasivos.
- Suma los totales de activos y réstales los pasivos para obtener tu patrimonio neto.
2. Controla Tus Gastos
Una vez que hayas calculado tu patrimonio neto, el siguiente paso es hacer un seguimiento de tus gastos. Esto te ayudará a determinar a dónde se destina tu dinero y te dará una idea de dónde puedes hacer recortes si es necesario. También puede ayudarte a establecer presupuestos para distintos aspectos de tu vida como vivienda, alimentación y servicios públicos.
Métodos para rastrear tus gastos:
- Usar rastreadores gratuitos de presupuestos en línea proporcionados por la mayoría de los bancos y cooperativas de crédito.
- Utilizar una hoja de cálculo o una aplicación de seguimiento de gastos.
Técnicas de presupuestación:
- Presupuesto en sobres: distribuir el dinero en sobres etiquetados por categorías.
- Presupuesto 50-30-20: 50% para necesidades, 30% para deseos y 20% para ahorros y deuda.
3. Elaborar un Presupuesto
Ahora que sabes a dónde va tu dinero, es el momento de establecer unos presupuestos realistas. Una forma de hacerlo es creando presupuestos para tus distintos gastos. Otra opción es crear un plan de pago de deudas, lo cual es crucial para las personas con niveles elevados de deuda como los préstamos estudiantiles.
Preguntas que un presupuesto te ayudará a resolver:
- ¿Cuánto gastarás cada mes?
- ¿Cuánto destinarás a ahorros?
- ¿Qué porcentaje de tus ingresos se destinará al pago de la deuda?
Recuerda, hay múltiples formas de hacer un presupuesto. Elige el método que mejor se adapte a ti y a tu situación financiera.
4. Comprende el Impacto del Riesgo
A medida que aprendas más sobre la gestión de tu dinero, es probable que te encuentres con el término “riesgo”. ¿Qué es el riesgo? Es la probabilidad de que ocurra algo que afecte a tu salud financiera.
Por ejemplo, invertir en acciones puede ser más arriesgado que otras inversiones como los bonos. Estas inversiones más arriesgadas tienen el potencial de hacerte ganar más dinero, pero también pueden perder valor.
Consejos para gestionar el riesgo:
- Investiga las empresas y sectores antes de invertir.
- Diversifica tus inversiones para minimizar el riesgo.
5. Infórmate Sobre las Inversiones
Ahora que conoces el riesgo, es el momento de aprender sobre las inversiones. Estas pueden generar flujo de caja, como bienes inmuebles y acciones. Las inversiones conllevan cierto riesgo, pero también pueden ser muy rentables.
Tipos de inversiones para principiantes:
- Bonos y acciones de bajo riesgo.
- Inversiones en habilidades y experiencias que te harán más valioso a largo plazo.
La mejor inversión es aquella que entiendes. Si no entiendes una inversión, no pongas tu dinero en ella.
6. Cuida Tu Crédito
El crédito es una parte crucial de la educación financiera y la gestión de tu dinero, pero también puede ser perjudicial si no lo manejas adecuadamente. Si tienes una tarjeta de crédito, ya estás usando el crédito. Si tienes una gran cantidad de deuda, es importante tomar medidas para reducirla.
Pasos para cuidar tu crédito:
- Solicita una tarjeta de crédito y págala cada mes para construir tu crédito.
- Revisa tu puntuación de crédito y tu informe de crédito anualmente.
- Toma medidas para mejorar tu puntuación de crédito si es baja.
Comienza ahora a mejorar tus conocimientos financieros. Coge un libro, suscríbete a un blog financiero o habla con un experto. Plantéate uno o dos objetivos financieros realistas y dirige tu energía hacia su consecución. Construir una base financiera sólida puede abrirte las puertas a un futuro más seguro